Un
año más nos encuentra en los afanes de preparar las fiestas de fin de año,
entre ellas y la más importante, la Navidad que este año viene precedida por
rumores y cuentos de que se acaba el mundo,
de que acaba una era y empieza otra con “energías positivas”, no es
novedad, claro está, como tampoco debería ser novedad ponernos a pensar en si
estamos preparados para ese momento, el del “juicio final” o en nuestra propia
muerte. Hace unas semanas, durante un curso de Biblia, un sacerdote jesuita que
dio una charla sobre el libro del Apocalipsis y hablando sobre este tema decía
que debíamos estar como los scouts, “siempre listos”, que venga el Señor y
nosotros,”siempre listos” y creo que todos quisiéramos que el Señor nos
encuentre así, pero no es tan fácil, lo dice San Agustín “Dios que te creó sin
ti, no te salvará sin ti”, porque es la lucha de todos los días en el
cumplimiento de Su voluntad, somos libres de elegir y nos equivocamos, y como
en todo, Dios mismo en su infinita bondad nos da la solución, la Confesión.
Hago un pequeño paréntesis para pensar en este sacramento, ¿somos conscientes de
su importancia?, ¿sabemos qué cosas son necesarias para hacer una buena
confesión?, ¿frecuentamos este sacramento?. Entonces, animados por la misericordia
de Dios, podemos continuar esa lucha de todos los días.
Justamente
en el camino nos sorprende la Navidad, con la premura del mundo actual, con las
preocupaciones de fin de año y cabe también preguntarse si estamos preparados
para recordar la primera venida de Nuestro Señor, ya de la segunda tenemos “bastante”
tiempo para prepararla y el Santo Padre nos anima a armar el pesebre
familiarmente y no desviar nuestros pensamientos en cosas de poca monta como lo
material, sino en lo que más importa, la vida espiritual. Así que, aprovechemos
todos los medios que tenemos a nuestra disposición para que este día no nos
tome desprevenidos o con el corazón puesto en lo que poco importa, pidamos a
María, madre de Dios, que supo preparar su vida entera y en especial esos nueve
meses antes del nacimiento, para recibir como se merece al Rey del Universo.
Reciban
todos nuestros seguidores y lectores, católicos y no católicos, en especial los
que se tomaron un tiempito para escribir y comentar o simplemente animarnos a seguir
adelante, un abrazo fraterno y que pasen una muy FELIZ NAVIDAD, que el siguiente
año 2013 este lleno de bendiciones y éxitos, gracias por todo!!!