Consideraciones previas
- “Dios creó
el hombre a imagen suya; [...] hombre y mujer los creó” (Gn 1, 27). “Creced y
multiplicaos” (Gn 1, 28); “el día en que
Dios creó al hombre, le hizo a imagen de Dios. Los creó varón y hembra,
los bendijo, y los llamó “Hombre” en el día de su creación” (Gn 5, 1-2).
- La sexualidad abraza todos los aspectos
de la persona humana, en la unidad de su cuerpo y de su alma.
- Al
crear al ser humano hombre y mujer, Dios confiere la dignidad personal de
manera idéntica a uno y a otra. A cada uno, hombre y mujer, corresponde
reconocer y aceptar su identidad sexual.
- La
sexualidad es algo querido por Dios y por lo tanto algo bueno, pero debe
ser vivida con orden y como enseña la Iglesia.
- Fuimos
puestos en este mundo para conocer, amar y servir a Dios.
- Servimos
a Dios cumpliendo sus mandamientos, cumpliendo nuestros deberes.
La Iglesia
y la educación sexual
Dada
la naturaleza de la sexualidad humana, la Iglesia aprueba vigorosamente su enseñanza franca
y correcta a la luz del Evangelio y sus enseñanzas.
Vocaciones y educación
sexual
El
acto sexual está reservado al matrimonio, por ello, su uso depende de la
vocación que Dios da a cada uno:
- Virginidad
sacerdotal y en la vida religiosa
- Virginidad
en el mundo
- Matrimonio
Reverencia por el cuerpo
Todo
el cuerpo es santo y sagrado porque ha sido hecho por Dios, porque es miembro
del Cuerpo de Cristo y morada del Espíritu Santo.
El
cuerpo es para Dios y Dios para el cuerpo, dice San Pablo: “¿O no sabéis que vuestro
cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de
Dios, y que, por tanto, ya no os pertenecéis? Habéis sido comprados a gran
precio?
Glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo.”
Debemos
conservar el alma como en el día de nuestro bautismo: limpia, sin mancha, llena
de gracia, somos como un sagrario en el que Dios habita.
Santa María
La Virgen María es muy importante en este tema, es
nuestro modelo de pureza, ella es inmaculada, sin mancha de pecado. Muchas
personas, santos y gente común dan testimonio del poder de su nombre en las
tentaciones contra la pureza y por ser nuestra Madre, podemos acudir a ella
para que nos enseñe a amar a Dios con un corazón limpio.
6º mandamiento: “No
cometerás actos impuros”
¿Qué nos manda el sexto
mandamiento?
Que
seamos puros y castos en obras y palabras
¿Qué nos propone Dios para
ser felices?
- Amar la
pureza como regalo de Dios.
- Cuidar
el pudor y la delicadeza en el vestir.
- Huir de
las ocasiones que nos pueden hacer pecar.
- No ver
programas, películas paginas de Internet inapropiados.
- Saber
decir que no a las ocasiones de pecado.
- Cultivar
un gran a amor a Jesús y a María que nos dieron el mejor ejemplo de
pureza.
- Recibir
los sacramentos con frecuencia, Comunión y Confesión.
- Acudir a
Santa María rezando tres Avemarías antes de acostarnos.
- Imitar a
Jesús que vivió la castidad sin ensuciar su cuerpo.
9º mandamiento: “No
consentirás pensamientos ni deseos impuros”
¿Qué nos manda el noveno
mandamiento?
Que
seamos puros y castos en pensamientos y deseos.
¿Qué nos propone Dios para
ser felices?
- Ser puro
y limpio en el corazón y la mi mente.
- Guardar
el pudor en el vestir, en el mirar y en el hablar.
- Rezar
mucho. Sólo Dios sabe dar la pureza de corazón.
- Amar al
prójimo con un corazón puro.
- Cuidar
la gracia que recibimos en el Bautismo.
- Confesarnos
con frecuencia para estar siempre en gracia.
Imitar a Jesús que tenía su
corazón en Dios.